1. Como mujeres con memoria conocemos de primera mano las prácticas intervencionistas e injerencistas de las políticas norteamericanas contra nuestros pueblos, igualmente sabemos que su modelo de democracia es una vergüenza. Reiteramos nuestro rechazo a ser tratadas como súbditas de sus políticas y fórmulas imperiales.
2.Como personas que hacemos política situada hablamos desde territorios, corporalidades y luchas qué se ven sometidas al despojo, en el que el narcotráfico en su alianza con la política partidista son protagonistas de la violencia y destrucción de los medios de vida, saberes y propuestas de mundo. Su objetivo es aniquilarnos.
3.Como activistas con información y reflexión sobre la cotidiana realidad que nos quita el sueño y la paz, por pequeña que sea, sospechamos siempre de quienes al tener el poder se asumen libertadores pero no vemos sus diligencias institucionales a favor de las luchas por la justicia, ante el terror del extractivismo y la actuación patriarcal de todos los días. Siempre hemos tenido que defendernos entre nosotrxs .
4.Nos asumimos pensantes y nos mantenemos alertas para que usando la experiencia, memoria y capacidad de análisis entendamos como los hilos del poder blindan sus alianzas, negocios y relaciones que no tienen que ver con nosotras.
5.Llamamos al pueblo hondureño para que confiemos en la inteligencia, sabiduría y experiencia común para no quedar a merced de las negociaciones partidarias en donde siempre se juegan nuestras vidas. Sin distinción de partidos, creencias religiosas o pertenencias no renunciemos a nuestro anhelo por la justicia, verdad, proyectos de vida colectivos en el que lo más importante sea el bien común, como por siglos lo hemos construido los pueblos más antiguos que sostienen esta tierra.